Barca

Un hombre montado en una barca sigue la corriente. Hace tiempo que viene en ella, y hace poco que se siente incomodo. A veces quiere ir hacia la derecha, otras hacia la izquierda, entonces toma el remo y vira. Pero la sensación no cambia pese al cambio de pocisión. Esto lo desanimaba por que sentia que a pesar de sus movimientos, nada cambiaba.
Un día, en que el sol calentaba tibiamente su cuerpo y el viento mecia sus cabellos el hombre se preguntó por que estaba en esa barca, por que se dejaba llevar por esa corriente. Se pregunto por que no podía detenerse y observar el paisaje. El, que habia viajado mucho, habia visto cosas maravillosas pero en un paso fugaz, por que esa barca no detenia su ritmo y aunque habia intentado mantenerse quieto con ayuda de su remo para saborear la viste pero la corriente era mas fuerte y, cansado de pelear, se habia dejado llevar por ella nuevamente. No encontró respuestas a estas preguntas y se sintio mas desanimado aun.
Es por eso que una mañana decidio bajarse de la barca. No sin esfuerzo la acercó a la orilla y de un salto se dejo asentar en la tibia arena.
este hecho no paso desapercibido para otro hombre, que con su barca, pasaba por alli. Alarmado dijo - Hombre tonto! ¿Por que te bajas de la barca que nos lleva a todos?
- Es que ya no quiero que me lleven, ademas yo no decido sobre la corriente, es ella la que me lleva sin cesar pese a mis esfuerzos por cambiar el rumbo. A veces rápido, otras lento y no es lo que deseo en estos momentos - respondió tranquilo - Quiero caminar y ver el mundo que me rodea. Quiero frenar a la sombra de un arbol si deseo descansar. Quiero correr si mis piernas me lo piden. Quiero elegir a donde ir.
- Pero... ¡las piedras! - exclamó el otro confuso - Las piedras no se diferencian de la corriente. serán mas duras inclusive y tu vas descalso. ¡Ademas deberás caminar todo el trayecto! - Agrego casi implorando, tratando de convencerlo para que volviera a la corriente.
- Lo se. - Dijo él mientras veia como su barca se alejaba lentamente - Pero esa... esa es mi decisión... tal vez en algún otro momento me suba nuevamente a la barca, no lo se, pero es mi deseo caminar en estos momentos.
Y despidiendose con una sonrisa comenzó a andar por la orilla disfrutando del mundo que lo rodeaba.